martes, 10 de mayo de 2016

MI ENCUENTRO CON NICCOLÒ MACHIAVELLI

Voy a compartir algo que hasta ahora había guardado en secreto y que va a causar mucha envidia a todos los "Ministéricos" (dícese de aquellos entusiastas de las serie española "El Ministerio del Tiempo").
No sé si alguno recordará aquel día en el que Pilar Represa estrenó una obra de teatro en francés con la participación de algunos de sus alumnos. Yo llegué tarde aquel día y puse como excusa un examen en el conservatorio. Lo siento, Pilar, pero tuve que mentir porque nunca me habrías creído si te lo hubiera contado. Ahora tampoco espero que nadie me crea pero no puedo callar por más tiempo.
Aquel viernes llegué antes de tiempo como corresponde a todo buen actor. Era una tarde oscura y el instituto tenía un aspecto un poco fantasmagórico. No os diré donde fui, pero sí lo que ocurrió.
En un punto concreto situado en el instituto, noté algo extraño y vibrante. Ese fenómeno no era nuevo para mí, ya que lo había experimentado un año antes. Cuando puse una mano encima, todo mi cuerpo se tele transportó. Me encontré en una estancia iluminada por la luz de unas tímidas velas. Por la ventana entraba la luz de la luna que se reflejaba en un tintero que parecía ser de bronce. Con la confusión tropecé y produje un ruido fuerte en el silencio de la estancia. La puerta se abrió y yo me di la vuelta asustada. Un hombre enjuto, de regular estatura, rostro anguloso y expresivo recorrió mi persona con penetrante mirada. Lentamente e inclinando la cabeza como si ya supiera la respuesta, me preguntó: "Chi osa venire dentro la camera di Niccolò Machiavelli?"
En ese momento se me heló la sangre y titubeando le contesté también en su idioma y no me preguntéis de qué manera supe hacerlo: "Aunque no sé muy bien cómo, soy una viajera del tiempo. Mi hogar está en el norte de España y mi año es el 2015. Y tiene gracia estar en su casa ya que siempre me interesé por su obra. No querría perder la oportunidad de tener información de primera mano. ¿Podría hacerle algunas preguntas?" Al ser un hombre práctico y con cierto sentido del humor aceptó intrigado. Dijo que al menos podría contemplar a una doncella del futuro. A mí me entró la risa. Me ofreció su silla en la que normalmente se sentaba a escribir y él se acomodó frente a mí con elegancia.

1. En un futuro ciertos líderes mundiales usarán su obra "El Príncipe" (1513) como base para justificar crímenes atroces, ¿Qué opina usted al respecto?
¡"De Principatibus"! ¿Cómo tiene usted conocimiento sobre esta obra? ¡Todavía no la he publicado! Acabo de terminarla como le he contado en mi carta a mi amigo Vettori. Veo que no miente usted al decir ser quien es. En fin, contestaré a su pregunta. Realmente me sorprenden sus palabras y me causan estupor. Sin embargo, soy consciente de que toda obra será siempre susceptible de ser malinterpretada y tergiversada para ajustarse a las intenciones y fines de aquellos que anhelan el poder. Esto es algo sobre lo que yo no puedo ejercer ningún control y créame usted que me apena.
Lo entiendo y espero que lo que le he contado no altere la historia porque su obra será considerada una perfecta muestra del espíritu del Renacimiento y una de las obras maestras de la literatura universal.

2.  ¿Sería usted tan amable y paciente como para ilustrarme sobre la situación política y social reinante en Florencia y en Europa ahora mismo?
Las pequeñas repúblicas independientes italianas se ven constantemente acosadas por las grandes superpotencias europeas, me refiero a España, Inglaterra y Francia. La organización de estos estados nacionales crece día a día y mientras, nosotros permanecemos divididos y débiles ante las monarquías europeas.
Nos debilitamos por las luchas de los caudillos incluyendo al Papa. Mi querida República de Florencia se encuentra a merced del más fuerte. Seguimos con una disgregación política medieval.
Yo veo muy claro lo que hay que hacer: fundar un estado único y fuerte. Hace falta un líder que reúna las cualidades necesarias para aunar las voluntades del pueblo. El sistema feudal sigue muy arraigado pero es obsoleto; la masa de campesinos debe irrumpir en la vida política. Sin embargo, los que ostentan el poder desean mantener el statu quo ante y no están dispuestos a abandonar. Hace falta crear un ejército que sustituya a las tropas de mercenarios, deberíamos inspirarnos en el ejército de la antigua Roma. Se debe consolidar una burocracia estatal encargada de la recaudación de impuestos.
Durante un largo periodo, todo estuvo amañado para asegurar la dominación de los Médici, vieja familia que siempre obtuvo el poder a punta de florines. Su conocimiento de finanzas es asombroso y, de hecho, llevó a Florencia a ser un centro cultural importante. Apoderarse del estado nunca fue uno de sus objetivos; llegaron a ser señores por legítima defensa, ya que la envidia de las oligarquías habría acabado con ellos. El problema fue que Pedro II de Médici aplicó una política exterior tan impopular que fue expulsado de Florencia. Él y sólo él, fue el causante de que Francia dejara de ser aliada de los Florentinos. 
Mi vida pública empezó con una Florencia libre bajo el gobierno de  una república pero vio su fin en 1512 cuando los Médici regresaron al poder. Son muy listos ya que tienen personas de su confianza en todos los puestos clave de la administración republicana. Me acusaron de conspirar contra los Médici y en la cárcel me torturaron. Fui liberado gracias a la intervención del nuevo pontífice León X. Y ahora, aquí me tiene, alejado de lo que más me gusta.

3.  ¿Qué es para usted la política?
La política es la ciencia y la técnica de organizar, de la forma más racional, la convivencia para poder controlar nuestro propio destino. La política es una ciencia en el sentido del conocimiento de lo real. La política, desde el conocimiento de la realidad histórica, puede extraer las leyes que la rigen y las reglas que los políticos deben seguir para poder solucionar aquellos conflictos sociales que se presenten. En la política no hay espacio para la utopía.

4. ¿Cuáles son los pilares de esta nueva ciencia?
El magisterio de la historia y el conocimiento de la naturaleza humana, constituyen los pilares de esta nueva ciencia. Es imprescindible un profundo conocimiento de la historia para evitar repetir errores y copiar aciertos de otros dirigentes.
Mi profesor siempre repite que quien no conoce la historia está condenado a repetirla.
Sabio me parece vuestro maestro, ya me gustaría a mí conocer a tan ilustre señor.

5.  ¿ Cómo debería ser un gobernante ?
Mire usted, lo que le voy a decir puede ser difícil de entender para aquellos que desconocen las sombras del poder. El gobernante debe saber entrar en el mal si es necesario y estos actos inmorales serían justificados si aportan un beneficio a la comunidad. Debe actuar siempre basándose en la eficacia y no en valores morales. No defiendo el uso de la crueldad o el engaño de forma caprichosa, sólo cuando la situación lo requiera para evitar a un mal mayor.
Un buen gobernante debe ser sabio y prudente, debe conocer profundamente la naturaleza humana y saber que el mal forma parte de ella. La envidia, la traición, la crueldad nacen todas de la contradicción entre los anhelos humanos y las posibilidades reales de satisfacerlos. El gobernante debe asegurar el poder político consiguiendo el apoyo popular mediante medios como la persuasión, la manipulación y el engaño.
El gobernante debe ser un hombre virtuoso, es decir, debe saber intervenir en el momento más adecuado al margen de consideraciones morales. El político virtuoso no dudará en anteponer los intereses generales a los particulares y luchará por conservar la autonomía y grandeza del estado. Creará instituciones políticas y leyes. Un buen gobernante debe ser como un zorro para poder reconocer las trampas y como un león para ahuyentar a los lobos.

6. ¿Qué papel tiene la religión en la vida política?
¡Cielos, estos son otros tiempos! ¿No lo entiende? Debe haber una total separación entre estos dos conceptos. Dios ya no es el centro de todo ni el motor por el cual los políticos se mueven. El hombre nuevo no se refugia en oraciones, no confía su suerte a Dios, sino que dirige su vida mediante la razón y la libertad. Sería necio negar la influencia de la fortuna en nuestra vida pero, aún así, una gran parte de nuestras acciones están bajo nuestro control. El sentimiento religioso y el temor a Dios forman parte de los seres humanos y constituyen buenos medios para persuadir al pueblo y educarle en ciertos valores.

Yo admiro a San Francisco y a Santo Domingo por su honradez y por revivir el mensaje cristiano. Pero personajes como estos, son úniocos y excepcionales. El cristianismo ha hecho a los hombres y a los pueblos sumissos y les ha convertido en una presa fácil para aquellos que buscan la dominación. La Iglesia de Roma es la causante de la desunión en Italia. Hasta ahora a los papas les ha faltado el coraje imprescindible para la toma de decisiones necesarias conducentes a la creación de una patria unida. 

7. ¿Qué opina usted sobre Fernando II de Aragón, también conocido como "Fernando el Católico"?
¿"El Católico"? Permítame que me ría de la ironía de tal apodo. Ese hombre, al que admiro, conquistó extensos territorios en nombre de la religión, pero puede usted creerme cuando le digo que todo lo hizo ignorando principios tales como la fe, la integridad, la piedad y la humanidad. En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.
Me ha hecho avergonzarme de mi ignorancia pero le aseguro que estoy dispuesta a aprender de gente sabia como usted. No puedo prometerle que me sume a su filosofía pero puedo asegurarle que aprecio, sin duda alguna, sus análisis objetivos basados en la experiencia directa. Entiendo que usted no ha creado el mundo en el que vivimos y que tan sólo pretende dejar constancia de los hechos y de la manera de obrar de los seres humanos.

8. ¿Podría usted contarme algo sobre su vida ahora alejada de los entresijos políticos?  ¿Cómo se siente en su finca de San Casciano in Val di Pesa?
Mis amigos de la ciudad me han condenado al ostracismo pero vivir a quince kilómetros de Florencia me acerca a otro tipo de gente que me ayuda a sentirme vivo con su desbordante vitalidad. Estos no son los mejores años de mi vida pero en las noches me "reúno" con grandes hombres como Dante, Petrarca y Ovidio. No se extrañe usted pero incluso me atavío con los trajes que usaba en mi servicio civil para estar a la altura de la ocasión. ¡En su expresión atisbo pena pero de verdad que no necesito que me compadezca! Mi producción literaria ahora es ágil e inspirada. Igual que usted respira, yo necesito volcar toda mi experiencia en mis escritos.

9. ¿De dónde sacó usted ese amor hacia los clásicos?
Mi Padre me inculcó esta pasión cuando era un niño. Nuestra situación económica no era buena debido a la acumulación de deudas, sin embargo, los libros abundaban en nuestra querida biblioteca. Tucídides, Plutarco, Tácito y Tito Livio me enseñaron la vida de la Edad de Oro, entonces el comportamiento de los hombres no era vil y estúpido.

10.  ¿Qué tiene usted en común con el gran Leonardo Da Vinci?
¡Vaya veo que su grandeza no caerá en el olvido! Leonardo Da Vinci es el mayor ingeniero militar de la época y no puedo sino sintonizar con él por su visión científica del mundo. Aunque debo reconocer que nuestro plan de alterar el cauce del Arno fue todo un fracaso. El plan era bueno pero la ejecución un desastre. Prefiero no hablar más de ello, ya lo hará mi buen amigo.
¿Sería sabio preguntar por mi futuro?
Me temía esa pregunta, creo que será mejor no alterar más las cosas...tan sólo le diré: ¡Invierta en lotería! La fortuna no es siempre amenazadora y violenta. Y siga escribiendo, le quedan todavía 8 años de repudio que no debe malgastar bajo ningún concepto.
Quiero que recuerde que los grandes hombres no suelen ser reconocidos por sus coetáneos, es el tiempo el que pone a cada persona y a sus actos en su sitio. No dude de su grandeza.
Creo que sería muy necio si no le preguntara por cómo es la sociedad en el futuro y por los avances científicos. Ardo de curiosidad.
Lo entiendo y me parece totalmente justo, como dicen los clásicos "Do ut des" pero ahora no dispongo del tiempo necesario porque veo que mi puerta se cierra y no deseo verme atrapada en este espacio-tiempo. Sin embargo, no se lamente, pregunte a Don Leonardo Da Vinci, el también mostró gran interés.