Hace poco tuve la gran suerte de poder participar en una
actividad llamada LaborESO que me pareció muy interesante. Del 14 al 23 de
diciembre del año 2015 me encontré inmersa en el mundo laboral. Pero esto no
ocurrió de repente. Previamente tuve que reflexionar sobre mis capacidades, mis
aficiones y mi posible futuro. Lo cierto es que al principio me agobié mucho.
Se me pidió que me proyectara en el tiempo y dijera cómo me veía con treinta y
tantos años y esto es lo que escribí:
"Me veo como una
mujer con iniciativa que ante los problemas buscará soluciones. Todavía no he
elegido el campo en el que quiero trabajar ya que tengo varios intereses pero
lo que sí tengo claro es que seré una profesional que realizará su trabajo con
entrega y dedicación. Jamás comprometeré mis principios y trabajaré con
honradez."
La enseñanza es un campo que me parece muy útil y sumamente
importante ya que la formación, tanto académica como humana, de unos niños o
adolescentes resulta vital para poder disfrutar de una sociedad justa y respetuosa. Sin embargo, este es un
campo con el que ya estoy muy familiarizada porque vivo con una profesora y veo
los problemas y retos a los que se enfrenta día a día. Por ello, vivir una
experiencia de docente en un centro académico no me habría aportado nada nuevo.
Este año el peso de las asignaturas de ciencias es mayor y
por eso me decanté por una actividad de esta rama. No esperé a que el tutor me
buscara opciones laborales, ya que en un futuro nadie va a hacer las cosas por
mí. Usé mis contactos para averiguar los proyectos que se estaban llevando a
cabo tanto en la facultad de ciencias como en el Instituto de Física de
Cantabria. Así fue como di con el proyecto "Gyro Boy" y con sus
responsables. Me puse en contacto con ellos y se mostraron encantados con la
idea.
La misión consistía en implementar tanto el hardware como el
software de un robot Lego cuyo fin era el de mantener el equilibrio, evitar
obstáculos y desplazarse de una manera eficiente. Como ocurre en todo proyecto
surgieron problemas inesperados que tuve que solucionar sobre la marcha. Al
acabar presenté varios informes que servirán de base para elaborar documentos
de ayuda para futuros usuarios de este robot.
Esta experiencia me permitió además conocer un agradable ambiente
de investigación académica. Debo decir que el equipo me trató como a una
investigadora más y que realmente me sentí adulta e integrada.
A pesar de esta experiencia exitosa, sigo sin determinar mi futura
vía laboral. No me importaría repetir una experiencia similar que me diera una
visión más amplia de otras posibles opciones laborales.