Voy a compartir
algo que hasta ahora había guardado en secreto y que va a causar mucha envidia
a todos los "Ministéricos" (dícese
de aquellos entusiastas de las serie española "El Ministerio del Tiempo").
No sé si alguno
recordará aquel día en el que Pilar Represa estrenó una obra de teatro en
francés con la participación de algunos de sus alumnos. Yo llegué tarde aquel
día y puse como excusa un examen en el conservatorio. Lo siento, Pilar, pero
tuve que mentir porque nunca me habrías creído si te lo hubiera contado. Ahora
tampoco espero que nadie me crea pero no puedo callar por más tiempo.
Aquel viernes
llegué antes de tiempo como corresponde a todo buen actor. Era una tarde oscura
y el instituto tenía un aspecto un poco fantasmagórico. No os diré donde fui,
pero sí lo que ocurrió.
En un punto
concreto situado en el instituto, noté algo extraño y vibrante. Ese fenómeno no
era nuevo para mí, ya que lo había experimentado un año antes. Cuando puse una
mano encima, todo mi cuerpo se tele transportó. Me encontré en una estancia
iluminada por la luz de unas tímidas velas. Por la ventana entraba la luz de la
luna que se reflejaba en un tintero que parecía ser de bronce. Con la confusión
tropecé y produje un ruido fuerte en el silencio de la estancia. La puerta se
abrió y yo me di la vuelta asustada. Un hombre enjuto, de regular estatura,
rostro anguloso y expresivo recorrió mi persona con penetrante mirada. Lentamente
e inclinando la cabeza como si ya supiera la respuesta, me preguntó: "Chi osa venire
dentro la camera di Niccolò Machiavelli?"
En ese momento
se me heló la sangre y titubeando le contesté también en su idioma y no me
preguntéis de qué manera supe hacerlo: "Aunque no sé muy bien cómo, soy
una viajera del tiempo. Mi hogar está en el norte de España y mi año es el
2015. Y tiene gracia estar en su casa ya que siempre me interesé por su obra.
No querría perder la oportunidad de tener información de primera mano. ¿Podría
hacerle algunas preguntas?" Al ser un hombre práctico y con cierto sentido
del humor aceptó intrigado. Dijo que al menos podría contemplar a una doncella
del futuro. A mí me entró la risa. Me ofreció su silla en la que normalmente se
sentaba a escribir y él se acomodó frente a mí con elegancia.
1. En un futuro
ciertos líderes mundiales usarán su obra "El Príncipe" (1513) como
base para justificar crímenes atroces, ¿Qué opina usted al respecto?
¡"De Principatibus"! ¿Cómo tiene usted conocimiento sobre
esta obra? ¡Todavía no la he publicado! Acabo de terminarla como le he contado
en mi carta a mi amigo Vettori. Veo que no miente usted al decir ser quien es.
En fin, contestaré a su pregunta. Realmente me sorprenden sus palabras y me
causan estupor. Sin embargo, soy consciente de que toda obra será siempre
susceptible de ser malinterpretada y tergiversada para ajustarse a las
intenciones y fines de aquellos que anhelan el poder. Esto es algo sobre lo que
yo no puedo ejercer ningún control y créame usted que me apena.
Lo entiendo y espero que lo que le he contado no
altere la historia porque su obra será considerada una perfecta muestra del
espíritu del Renacimiento y una de las obras maestras de la literatura universal.
2. ¿Sería usted tan
amable y paciente como para ilustrarme sobre la situación política y social reinante
en Florencia y en Europa ahora mismo?
Las pequeñas repúblicas independientes
italianas se ven constantemente acosadas por las grandes superpotencias
europeas, me refiero a España, Inglaterra y Francia. La organización de estos
estados nacionales crece día a día y mientras, nosotros permanecemos divididos
y débiles ante las monarquías europeas.
Nos debilitamos por las luchas de los
caudillos incluyendo al Papa. Mi querida República de Florencia se encuentra a
merced del más fuerte. Seguimos con una disgregación política medieval.
Yo veo muy claro lo que hay que hacer:
fundar un estado único y fuerte. Hace falta un líder que reúna las cualidades
necesarias para aunar las voluntades del pueblo. El sistema feudal sigue muy
arraigado pero es obsoleto; la masa de campesinos debe irrumpir en la vida
política. Sin embargo, los que ostentan el poder desean mantener el statu quo
ante y no están dispuestos a abandonar. Hace falta crear un ejército que
sustituya a las tropas de mercenarios, deberíamos inspirarnos en el ejército de
la antigua Roma. Se debe consolidar una burocracia estatal encargada de la
recaudación de impuestos.
Durante un largo periodo, todo estuvo
amañado para asegurar la dominación de los Médici, vieja familia que siempre
obtuvo el poder a punta de florines. Su conocimiento de finanzas es asombroso
y, de hecho, llevó a Florencia a ser un centro cultural importante. Apoderarse
del estado nunca fue uno de sus objetivos; llegaron a ser señores por legítima
defensa, ya que la envidia de las oligarquías habría acabado con ellos. El
problema fue que Pedro II de Médici aplicó una política exterior tan impopular
que fue expulsado de Florencia. Él y sólo él, fue el causante de que Francia
dejara de ser aliada de los Florentinos.
Mi vida pública empezó con una
Florencia libre bajo el gobierno de una
república pero vio su fin en 1512 cuando los Médici regresaron al poder.
Son muy listos ya que tienen personas de
su confianza en todos los puestos clave de la administración republicana. Me
acusaron de conspirar contra los Médici y en la cárcel me torturaron. Fui
liberado gracias a la intervención del nuevo pontífice León X. Y ahora, aquí me
tiene, alejado de lo que más me gusta.
3. ¿Qué es para
usted la política?
La política es la ciencia y la técnica
de organizar, de la forma más racional, la convivencia para poder controlar
nuestro propio destino. La política es una ciencia en el sentido del
conocimiento de lo real. La política, desde el conocimiento de la realidad
histórica, puede extraer las leyes que la rigen y las reglas que los políticos
deben seguir para poder solucionar aquellos conflictos sociales que se
presenten. En la política no hay espacio para la utopía.
4. ¿Cuáles son los
pilares de esta nueva ciencia?
El magisterio de la historia y el
conocimiento de la naturaleza humana, constituyen los pilares de esta nueva
ciencia. Es imprescindible un profundo conocimiento de la historia para evitar
repetir errores y copiar aciertos de otros dirigentes.
Mi profesor
siempre repite que quien no conoce la historia está condenado a repetirla.
Sabio me parece vuestro maestro, ya me gustaría a mí conocer a
tan ilustre señor.
5. ¿ Cómo debería
ser un gobernante ?
Mire usted, lo que le voy a decir
puede ser difícil de entender para aquellos que desconocen las sombras del
poder. El gobernante debe saber entrar en el mal si es necesario y estos actos
inmorales serían justificados si aportan un beneficio a la comunidad. Debe
actuar siempre basándose en la eficacia y no en valores morales. No defiendo el
uso de la crueldad o el engaño de forma caprichosa, sólo cuando la situación lo
requiera para evitar a un mal mayor.
Un buen gobernante debe ser sabio y
prudente, debe conocer profundamente la naturaleza humana y saber que el mal
forma parte de ella. La envidia, la traición, la crueldad nacen todas de la
contradicción entre los anhelos humanos y las posibilidades reales de
satisfacerlos. El gobernante debe asegurar el poder político consiguiendo el
apoyo popular mediante medios como la persuasión, la manipulación y el engaño.
El gobernante debe ser un hombre
virtuoso, es decir, debe saber intervenir en el momento más adecuado al margen
de consideraciones morales. El político virtuoso no dudará en anteponer los
intereses generales a los particulares y luchará por conservar la autonomía y
grandeza del estado. Creará instituciones políticas y leyes. Un buen gobernante debe ser como un zorro
para poder reconocer las trampas y como un león para ahuyentar a los lobos.
6. ¿Qué papel tiene
la religión en la vida política?
¡Cielos, estos son otros tiempos! ¿No lo entiende? Debe haber una total separación entre estos dos conceptos. Dios ya no es el centro de todo ni el motor por el cual los políticos se mueven. El hombre nuevo no se refugia en oraciones, no confía su suerte a Dios, sino que dirige su vida mediante la razón y la libertad. Sería necio negar la influencia de la fortuna en nuestra vida pero, aún así, una gran parte de nuestras acciones están bajo nuestro control. El sentimiento religioso y el temor a Dios forman parte de los seres humanos y constituyen buenos medios para persuadir al pueblo y educarle en ciertos valores.
Yo admiro a San Francisco y a Santo Domingo por su honradez y por revivir el mensaje cristiano. Pero personajes como estos, son úniocos y excepcionales. El cristianismo ha hecho a los hombres y a los pueblos sumissos y les ha convertido en una presa fácil para aquellos que buscan la dominación. La Iglesia de Roma es la causante de la desunión en Italia. Hasta ahora a los papas les ha faltado el coraje imprescindible para la toma de decisiones necesarias conducentes a la creación de una patria unida.
7. ¿Qué opina usted
sobre Fernando II de Aragón, también conocido
como "Fernando el Católico"?
¿"El Católico"? Permítame que me ría de la ironía de
tal apodo. Ese hombre, al que admiro, conquistó extensos territorios en nombre
de la religión, pero puede usted creerme cuando le digo que todo lo hizo
ignorando principios tales como la fe, la integridad, la piedad y la humanidad. En general, los hombres juzgan más por los
ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo
que ven.
Me ha hecho avergonzarme
de mi ignorancia pero le aseguro que estoy dispuesta a aprender de gente sabia
como usted. No puedo prometerle que me sume a su filosofía pero puedo
asegurarle que aprecio, sin duda alguna, sus análisis objetivos basados en la
experiencia directa. Entiendo que usted no ha creado el mundo en el que vivimos
y que tan sólo pretende dejar constancia de los hechos y de la manera de obrar
de los seres humanos.
8. ¿Podría usted
contarme algo sobre su vida ahora alejada de los entresijos políticos? ¿Cómo se siente en su finca de San Casciano in Val di Pesa?
Mis amigos de la ciudad me han
condenado al ostracismo pero vivir a quince kilómetros de Florencia me acerca a
otro tipo de gente que me ayuda a sentirme vivo con su desbordante vitalidad.
Estos no son los mejores años de mi vida pero en las noches me
"reúno" con grandes hombres como Dante, Petrarca y Ovidio. No se
extrañe usted pero incluso me atavío con los trajes que usaba en mi servicio
civil para estar a la altura de la ocasión. ¡En su expresión atisbo pena pero
de verdad que no necesito que me compadezca! Mi producción literaria ahora es
ágil e inspirada. Igual que usted respira, yo necesito volcar toda mi
experiencia en mis escritos.
9. ¿De dónde sacó
usted ese amor hacia los clásicos?
Mi Padre me inculcó esta pasión cuando
era un niño. Nuestra situación económica no era buena debido a la acumulación
de deudas, sin embargo, los libros abundaban en nuestra querida biblioteca. Tucídides,
Plutarco, Tácito y Tito Livio me enseñaron la vida de la Edad de Oro, entonces
el comportamiento de los hombres no era vil y estúpido.
10. ¿Qué tiene usted
en común con el gran Leonardo Da Vinci?
¡Vaya veo que su grandeza no caerá en el olvido! Leonardo Da Vinci es el mayor ingeniero militar de la época y no puedo sino sintonizar con él por su visión científica del mundo. Aunque debo reconocer que nuestro plan de alterar el cauce del Arno fue todo un fracaso. El plan era bueno pero la ejecución un desastre. Prefiero no hablar más de ello, ya lo hará mi buen amigo.
¿Sería sabio preguntar por mi futuro?
Me temía esa
pregunta, creo que será mejor no alterar más las cosas...tan sólo le diré:
¡Invierta en lotería! La fortuna no es siempre amenazadora y violenta. Y siga
escribiendo, le quedan todavía 8 años de repudio que no debe malgastar bajo
ningún concepto.
Quiero que recuerde
que los grandes hombres no suelen ser reconocidos por sus coetáneos, es el
tiempo el que pone a cada persona y a sus actos en su sitio. No dude de su
grandeza.
Creo que sería muy necio si no le
preguntara por cómo es la sociedad en el futuro y por los avances científicos.
Ardo de curiosidad.
Lo entiendo y me
parece totalmente justo, como dicen los clásicos "Do ut des" pero ahora no dispongo del tiempo necesario porque
veo que mi puerta se cierra y no deseo verme atrapada en este espacio-tiempo.
Sin embargo, no se lamente, pregunte a Don Leonardo Da Vinci, el también mostró
gran interés.